La Fe en Jesús y la Virgen mueve montañas
Hace unos días volví de una peregrinación a Salta Argentina, donde se aparece la Santísima Virgen desde el año 1990, bajo la advocación de la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús.
Viajé con el encargo de una amiga de agradecerle a la Virgen por la salud de su hijo de 18 años, compañero de liceo de mi hijo, que el año pasado fue diagnosticado con un cáncer de huesos. En la misma peregrinación, viajaba también una madre con toda su familia, para agradecer la salud de su hijita de 9 años también diagnosticada con cáncer de hueso el año pasado.
En ambos casos el pronóstico era malo, especialmente el de la chiquita porque había metástasis, sin embargo, hoy en día, ambos están sin cáncer.
¿Que tienen de común estos dos casos, aparte de la similitud del cáncer? La Fe de las familias y de los amigos quienes con una perseverancia admirable no dejaron de rezar, especialmente el Santo Rosario, desde el mismo momento del diagnóstico, invocando la ayuda de la Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús.
En el primer caso, los compañeros de liceo junto con los familiares se reunieron en una parroquia en varias ocasiones, para rezar el Rosario pidiendo por la pronta recuperación de su amigo. Yo estuve presente y fue muy emocionante ver a jóvenes de 18 años rezando con devoción arrodillados frente a Jesús expuesto en el Santísimo Sacramento. En el segundo caso, durante todos los jueves del año, se reunieron familiares y amigos a rezar el rosario por la recuperación de la chiquita.
La perseverancia en la oración, incluso en los momentos complicados donde los efectos del tratamiento empeoraba la salud de los enfermos, dio sus frutos: se movieron dos grandes montañas y hoy los dos chicos están haciendo vida totalmente normal.
La madre de uno de los chicos me comentaba lo importante que había sido para ella tener Fe en la Virgen y en Jesús en los momentos difíciles que le toco vivir. Y como en los momentos de dolor, había descubierto a Maria como una verdadera Madre en quien poder apoyarse y recibir consuelo.
Y es que no es lo mismo atravesar momentos difíciles de la vida con Fe que sin Fe. En mi caso particular, la Fe me ha ayudado y me sigue ayudando a afrontar momentos complicados y también a mover montañas que humanamente parecían inamovibles.
En Salta la Virgen se aparece para recordarnos que Dios existe, que está vivo y presente en la Eucaristía, y que nos ama muchísimo más allá de la respuesta que nosotros le demos. Como un buen Padre nos ama a todos por igual, independientemente de si somos indiferentes a El o no. Está deseando que nos acerquemos, que abramos nuestro corazón para recibir todo el amor y la paz que nos quiere dar. Y sufre por nuestra lejanía e indiferencia. Pero como dice un sacerdote amigo:
Dios no puede abrir nuestro corazón porque el pestillo esta de nuestro lado. El espera pacientemente a que nosotros lo abramos.
La Fe es un regalo inmenso que hay que pedirlo. He visto a lo largo de mi vida y lo he comprobado conmigo misma, como la Virgen es el camino más corto y más rápido para tener Fe en su hijo Jesús. Si estamos alejados de Dios y queremos acercarnos y no sabemos cómo, recurramos a Ella. Nadie como Ella para llevarnos a Jesús. Nadie como Ella para instruirnos y guiarnos. En mi caso particular toda mi Fe se la debo a la Virgen.
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Carmen Vaeza
Para aprender a rezar el Rosario: https://es.catholic.net/op/articulos/13325/cat/540/el-santorosario.html
Para obtener información sobre peregrinaciones a Salta desde Argentina: http://www.inmaculadamadre-salta.org/obra/
Para obtener información sobre peregrinaciones a Salta desde Uruguay
http//www.peregrinacionsalta.com.uy/
Creer firmemente y tener amigos es una gran fortaleza.