Testimonio Luli

Hace nueve años el cáncer de mama apareció en mi vida por primera vez. Yo tenia 28 años y a una de mis amigas más cercanas se lo diagnosticaron. No recuerdo mucho su proceso, no la acompañé lo que se merecía y merece; en el fondo siempre sentí que iba a recuperarse y gracias a Dios lo hizo, pero ¡Cómo subestime su transcurso! Lamento no haber estado más cerca de ella, pues hoy creo que esta enfermedad, al igual que todo en la vida, se supera mucho mejor acompañada.

Cinco años después el cáncer de mama volvió, esta vez con otra amiga del mismo grupo. Creo haber estado más cerca en esta oportunidad, pero no todo lo que hoy me gustaría haber estado. A estas dos amigas, que tanto quiero y admiro, hoy les agradezco su cercanía y su amor; y así les cuento, que el cáncer volvió a aparecer y esta vez me tocó a mi.

Lo primero que perdí, luego de un trozo de mi mama derecha y su correspondiente cadena de ganglios, fue la soberbia, por lo que sostengo, y sin ironías, que haberla tenido me ayudo a cambiar para mejor. Hoy agradezco estar sana de nuevo, aunque eso implique seguir controlada y con medicación preventiva y escribo para no olvidar lo que ella me mostró cuando la tuve más que cerca, porque aunque parezca un cliché, fue sin dudas una de las lecciones más grandes de mi vida.

Va a hacer un año desde que me operaron de un carcinoma en mama derecha. Quimioterapia y radioterapia ya transitadas con conservación de óvulos previa. Tengo 37 años, no sé si querré tener hijos alguna vez en mi vida, pero la pérdida de soberbia vino aparejada con un aumento en la necesidad de escucha de aquellos que realmente saben, en este caso un gran mastólogo que visité en Buenos Aires. Sus palabras fueron claras: “quieras o no tener hijos, no pierdas la libertad de elegir”. Y así lo decidí, no tanto por mis posibles hijos si no por la libertad, porque la libertad es vida y la vida es libertad. Hoy elijo vivir más que nunca. Agradezco haber tomado a tiempo la enfermedad y no me arrepiento de haberme entregado a mis médicos para superarla con conciencia de que mi cuidado y la práctica de una vida sana y activa son mi responsabilidad.

Luli